¿Te imaginas llegar a un restaurante y que te hagan una rebaja en la cuenta por tu peinado, tu camiseta o por tener una sonrisa bonita? Ese lugar existe. Se llama Twisted Root y es una cadena de hamburgueserías de Texas (EEUU) que permite a sus empleados ofrecer descuentos a los clientes que les llamen la atención de alguna manera.
«Somos un restaurante irreverente», admite el fundador de la franquicia, Jason Boso, quien anima a los camareros a rebajar «por diversión» el importe de la comida a los clientes que tengan «un buen culo, una mejor mirada, a la persona más divertida o a la más sexy».
[Te puede interesar: McDonald’s: el secreto de su éxito]
Boso, quien se precia de ser una persona políticamente incorrecta, asegura que montó su cadena de restaurantes después de trabajar cinco años en una oficina y acabar despedido «por hacer lo que todos deseamos hacer, decirle a uno de mis clientes lo que realmente pensaba de él», y ha decidido transmitir ese carácter a sus hamburgueserías.
La compañía tiene una lista de hasta 20 posibles descuentos aplicables a los clientes según su aspecto, de 20 céntimos de dólar cada uno, y pueden ofrecer más de uno a la vez. Sin embargo, aún así, Boso reconoce que «hay gente que se queja, pero sobre todo de la cantidad que les descontamos», bromea.
Práctica discriminatoria
Según revela la cadena de radio local KTRH, la conocida y respetada abogada feminista Gloria Allred, que ha llevado casos como el de la transexual canadiense Jenna Talackova, descalificada de Miss Mundo por no haber nacido mujer, ha iniciado una campaña contra la iniciativa de Twisted Root al considerarla «ofensiva».
«¿Qué será lo siguiente, medir el tamaño de los pechos de las clientas? ¿Evaluar los órganos sexuales masculinos?», se pregunta Allred, mientras pide a los empleados de la cadena que se nieguen a aplicar estos descuentos sexistas y discriminatorios. Para la abogada, la compañía «no puede animar u obligar a sus trabajadores a fijarse en el culo de las clientas».